
¿Estamos ante la presencia de la mejor película de terror de la década? Cuando acecha la maldad continúa en las salas argentinas a un mes de su estreno, dejándonos con la piel de gallina.
Con el guión y dirección de Demián Rugna, la película se estrenó el 9 de noviembre de 2023 consiguiendo atraer en su primer fin de semana a 40.000 espectadores. Con esos números Cuando acecha la maldad se ubica en 4° puesto entre las películas de terror argentinas más vistas en la historia, siendo superada por No dormirás (95.714 espectadores), Sudor frío (80.549 espectadores) y Resurrección (60.979 espectadores).
Ahora bien, ¿cuál es la trama?
En un remoto pueblo, dos hermanos Pedro Yazurlo -interpretado por Ezequiel Rodríguez- y Jaime «Jimi» Yazurlo -interpretado por Demián Salomón- descubren lo que el folklore argentino conoce como “encarnado”. Una entidad que se apodera de un cuerpo, buscando renacer para esparcir la maldad. Si la noticia de que existe el ente se esparciera, sus tierras perderían valor e, incluso, el pueblo entraría en crisis. Por lo que, deciden tomar cartas sobre el asunto con su vecino, Armando Ruíz (Luis Ziembrowski) . Sin embargo, al mover el cuerpo poseído, desataron una serie de eventos que, no sólo pondrían sus vidas en riesgo, sino la de sus seres amados.
No soy fiel seguidor de las películas de terror. Aunque sé distinguir que, a principios de los 2000, este género entró en un declive con la repetición de clichés, remakes y muy malas tramas. Películas que explotan la desnudez de los cuerpos femeninos sin ningún tipo de propósito o aporte a la trama, o sea sexualización gratis (por no decir la palabra con “p”). Por ejemplo, la trilogía de Hostel (2005-2011), Winnie de Pooh: Miel y Sangre (2022) o la reciente trilogía de Terrifier (2016-2024), entre muchas otras.
No obstante, aparecieron buenas películas como Incantation (2023), Heriditary (2018), Midsummer (2019) o la saga de El Conjuro (2013-2021). Logran asomar una luz hacia la prosperidad de este género cinematográfico, y Cuando acecha la maldad decide guiarla hacia el cine argentino.
Este film busca meterse debajo de tu piel. La presencia de tanta sangre y viscosidad hace que te muevas en la butaca del cine. No está hecha para que te entretengas, sino para que te incomodes los 99 minutos. En Cuando acecha la maldad todo está preparado a una significante velocidad. Pero no llega a ser un problema porque Rugna sabe llevar a lxs espectadores a un viaje de pura emoción. Más que nada, porque uno no tiene idea con qué se va a encontrar en la siguiente escena o con la elocuente transición. Y eso, en estos tiempos de fórmulas, es más que bienvenido.